por el Libanés
5 – El color de su voz
Frente a la heladería que queda sobre Rivadavia, en la cuadra de los cines viejos de Acoyte, al ver una bandeja de vidrio llena de pistacho recordé que de chico ese gusto, y no la crema del cielo (que siempre me pareció demasiado artificial), era una de mis excentricidades nacida de mi avidez por conocer cosas nuevas; me acuerdo que siempre íbamos con mi familia a un restaurante chino en Parque Centenario, y mientras todos pedían el típico chaw fan, los arrolladitos primavera y el pollo con almendras, yo me le animaba a un plato llamado “la hormiga sube al árbol”. Picante, para valientes (eso decía mi madre). Y en eso pensé esa mañana frente a la heladería (no en mi madre, o sí: “la mujer mi madre la novia la puta”) mientras las hormigas trepaban y trepidaban en el ring del celular de Selene. Uno, dos, tres… cuatro llamados… ¿Cómo sería su voz? ¿Verde y fresca como el pistacho, o roja y picante como aquel plato chino? ¿Qué iba a decirle cuando ella contestara? ¿Ella estaba esperando mi llamado? “Valiente, valiente”, le dice a Otto su hermanastra Ana antes de encontrarse a escondidas por la noche en la habitación de ella para hacer el amor: “Los amantes del círculo polar”, Medem-amuleto que llevo siempre conmigo. “Valiente”, me dije en voz baja y una voz celestial, más de crema del cielo que de pistacho, atendió con la juventud y la ¿frescura? de las chicas que se muestran semi desnudas en sus fotologs.
“¿Selene?” “No, ella ahora no puede atenderte –dijo la voz como si Selene se estuviera depilando, y después preguntó- ¿quién habla?”. ¿Quién hablaba? No un amigo, tampoco un amante, ¿un futuro amante? ¿novio? ¿marido? ¿amigovio?, tampoco un admirador, ni un escritor famoso, ni un corrector miserable, ni un chico bonito, ni una sonrisa adorable, ni el Capo Cómico, ni su tan esperado Príncipe Azul… Sólo dije: “El libanés”, y Crema del Cielo dijo: “cuando se desocupe te llama ¿dale?”. “Dale, me parece bien”, dijo por mí la seguridad de hombre grande que vive solo en su departamento con luces tenues y cama de dos plazas. “Dale”, mi voz de ron suavizada con miel. Seguro, seductor. Pero ¿quién había atendido? ¿Por qué el celular de Selene era atendido por Crema del Cielo y no por Selene Pistacho Verde Buenas Tetas, mi mejor noticia de aquel sábado soleado de buenas noticias?
Estaba en la librería de un amigo, la del shopping, chequeando que “el libro chancho” estuviese bien expuesto, cuando sonó mi celular: número privado. Cuando atendí la voz de Selene fue una cascada de agua dulce en plena planta baja del shopping Caballito. Enseguida, como si fuésemos viejos y buenos amigos, ella dijo: “si te cuento por qué no pude atenderte te vas a morir de risa… estaba manejando el auto de mi familia y de repente sonó mi cartera y entonces le dije a mi hermana que atendiese por mí”. Crema del Cielo. No me morí de la risa pero al menos sirvió para que el resto de la conversación fuese relajada, amable y decidida. “Quiero creer que no chocaste por mi culpa ¿no?”. Y ella se rió: “no, por suerte soy una buena conductora”. “¿Tenés algún plan para hoy a la noche?”. Y ella, toda una dama sin rodeos, dijo “no”. “Entonces podríamos vernos hoy ¿qué decís? ¿qué te parece a las nueve en el Village de la Recoleta”. Y ella ahora se reía de mí: “hummm, Recoleta”, imitando la forma de hablar de los chetos. “¿Sonó muy cheto?”. “Sí, un poco, pero estás perdonado, quedamos ahí, entonces”. “Esperá, tengo una pregunta, Selene, ¿cómo vamos a reconocernos?”. Y entonces ella, su voz verde de agua cristalina, dijo algo que terminó por encantarme; podría haber dicho “que sea lo que quiera el destino” o “seguro nos vemos y nos reconocemos, el amor es así”. Pero sólo dijo: “no tengo ni idea”, muy natural, Selene. Y yo dije: “hablamos por celular cuando estemos ahí ¿dale?”.
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viernes, 19 de octubre de 2007
Mi última cita (5)
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5 comentarios:
¡Al fin volviste! sino no terminaba nunca esta cita.
Precioso, de veras precioso lo del color de la voz.
GRACIAS TOTALES.
pero no me dejen así, un bis, un grand final...
pablo (o mariela) SIGAN!!!! no nos dejen así...
por favor...?
El comienzo promete una novela.
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